El término Señor, que encontramos en el
nuevo testamento, tiene un significado muy distinto al que nosotros le damos
actualmente, en esa época se usaba para referirse a quienes eran dueños de
esclavos o siervos y podían decidir
sobre la vida o la muerte de ellos, un ejemplo lo podemos ver en la parábola de
los dos deudores, en Mateo 18:25, ésta se trata de un Rey que le pide cuentas a
su siervo por una deuda, el relato dice:
“A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e
hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.” este Rey era “Señor” porque podía hacer lo
que quisiera
con ese siervo, lo podía vender como esclavo, y podía vender, además, a su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, por lo tanto el término Señor es usado para referirse a quien es dueño de una persona y tiene autoridad sobre ella y todos sus bienes o posesiones.
con ese siervo, lo podía vender como esclavo, y podía vender, además, a su mujer, sus hijos y todo lo que tenía, por lo tanto el término Señor es usado para referirse a quien es dueño de una persona y tiene autoridad sobre ella y todos sus bienes o posesiones.
Para establecer el significado y alcance
del Señorío de Cristo examinaremos la carta escrita por el apóstol Pablo a los Filipenses en el capítulo 2, aquí nos
hace un resumen de la humillación que asumió Cristo al venir a la tierra y
posteriormente morir en la cruz, para luego ser exaltado, versículos 9-11
Por
lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre
todo nombre,10 para que en el nombre de Jesús se doble toda
rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;11 y
toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios
Padre.
Podríamos
citar varios nombres dados a las autoridades: presidente, mandatario, rey,
soberano etc. y en el ámbito militar: comandante, general en jefe, emperador,
pero sobre todos esos títulos que corresponden a una determinada autoridad,
Dios le dio a Jesucristo un nombre que está sobre todos ellos, por lo tanto es
la máxima distinción de autoridad que puede existir y esa distinción es: SEÑOR, también debemos
resaltar que la confesión sobre Jesucristo es que es EL Señor, es decir no es
un Señor sino el único.
En
nuestra concepción natural y carnal el respeto a la autoridad ha sido
completamente anulado o disminuido, para respetar a la autoridad es necesario
que ésta esté presente e imponga su dominio, por este motivo la mayoría de los
gobiernos usan el poder de las fuerzas de orden y seguridad para intimidar o
incluso llevar a la cárcel a quienes no respeten la ley.
Que
el nombre de Cristo esté por sobre todo nombre es de tal magnitud de
autoridad, que ni siquiera es necesaria
su presencia física para que sea respetado. Dios tiene un propósito para
entregar tan elevada distinción a su propio hijo: Para que ante ese nombre, se
doble toda rodilla, de los ángeles del
cielo, las personas que viven en ésta tierra e incluso todos los muertos que
están bajo tierra y todos los seres vivientes visibles o invisibles y
reconozcan que Jesucristo es el Señor. Este es un fundamento de fe, si lo creemos no es
necesario que el Señor nos intimide o tenga que usar su poder para someternos y
ponernos a sus pies, somos nosotros los que creyendo la verdad le obedecemos.
En Efesios 1:22 dice que Jesucristo ni
siquiera tuvo que someter todas las cosas a sus pies, sino que fue Dios quien
lo hizo. El padre le dio el título de Señor y además sometió todas las cosas
creadas, sean principados potestades o dominios ante la autoridad de ese
nombre. Varios episodios en el nuevo testamento nos muestran que los demonios
se someten ante el nombre del Señor, por ejemplo, cuando volvieron los setenta
discípulos que Jesús envió a predicar el Reino de Dios, ellos
estaban gozosos y dijeron: “Señor aun los demonios se nos sujetan en tu nombre”
(Lc 10:17), los discípulos invocaban la autoridad del nombre del Señor y los
demonios obedecían. Como la autoridad está en el nombre dado a Jesucristo,
incluso personajes que no le seguían y no eran discípulos directos de él,
podían echar fuera demonios invocándolo (Mc 9:38-39). Esto prueba que el
universo creado está a los pies del Señor Jesucristo, y que las tinieblas lo
saben.
EL SEÑORÍO O SOBERANÍA DE CRISTO Y EL REINO DE DIOS.
La
soberanía de Cristo es indiscutible, los cielos y la tierra están bajo su autoridad,
sin embargo la pregunta que surge es la siguiente: si los demonios están bajo
la autoridad de Cristo ¿quiere decir que ellos están en el Reino de Dios? para responder debemos recordar que Jesucristo le dijo a Nicodemo: “para entrar al reino de Dios es necesario
nacer del agua y del espíritu” , es decir pasar primero por la puerta del
arrepentimiento y rendir la vida ante él, reconociéndolo como el Señor. Los
demonios, sabiendo del Señorío de Cristo, no se postran ni humillan delante él
por lo tanto, estando bajo su soberanía no entran en su Reino.
Muchas personas creen que Jesucristo es el Señor solamente de la Iglesia y que los únicos que le deben obediencia son los que han creído en él, sin embargo la verdad es que todos, creyentes y no creyentes, le debemos obediencia al Señor, por ese motivo quienes no le han reconocido están en pecado, porque siendo Jesucristo el Señor no le obedecen y hace cada uno su propia voluntad. Nosotros los que creemos en él, hemos reconocido su soberanía y por gracia se nos ha perdonado el gran pecado de haber vivido bajo la soberanía del Señor y no haberlo obedecido, ignorando y desechando sus mandatos.
Actividades:
Complete la tabla que se muestra a
continuación respondiendo sí o no en cada casillero y determine quienes están
en el Reino de Dios. Recuerde que para estar en el reino de Dios la respuesta
es “si” en la segunda y tercera columna.
¿está bajo el Señorío de Cristo?
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¿lo reconoce(n) como Señor, se humilla(n) delante de él y le
obedece(n)?
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¿Está en el Reino de Dios?
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Satanás
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Los demonios
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ateos
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inconversos
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Judíos
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Religiosos
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Convertidos
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YO
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