Una
de las características de la naturaleza carnal, terrenal, animal es la
apropiación de “territorio”, muchos animales marcan su territorio para advertir
a otros que no deben entrar, que todo lo marcado les pertenece, y por supuesto
no marcan solo territorio sino también objetos y todo lo que ellos consideran
que ningún otro animal debe usar o tocar. Es la naturaleza carnal la que
desarrolla en nosotros un sentido de apropiación que nos impulsa a considerar
como nuestro todo lo que hemos obtenido, casa, auto, esposa(o), hijos, etc y
todo se convierte en mío, mi casa, mi auto, mi esposa(o), mis hijos.
Reconocer
a Jesucristo como el Señor de nuestras vidas requiere un paso previo o
simultáneo, antes de que Jesucristo sea el Señor, debe ser el dueño. Uno de los
principios básicos del gobierno de Jesucristo es que gobierna sólo sobre lo que
es de él. Por esa razón gobierna sobre la creación porque el dueño legítimo de
todo “…por medio de él y para él fueron hechas todas las cosas…” (Col
1:16). En base a esta realidad podemos entender que el Señor ponga como
requisito, para ser su discípulo, ésta condición: “…quien no renuncia a todo lo que
posee no puede ser mi discípulo” (Lc 14:33), ésta podría ser una
condición difícil de cumplir para nosotros que nos hemos apropiado de lo que es
de él, pero los primeros discípulos la cumplieron, por eso el apóstol Pedro le
dice a Jesús: “ …lo hemos dejado todo y te hemos seguido” (Mr 10:28) por lo
tanto para ellos éste era un requisito literal. En otra ocasión vemos que éste
requisito se lo pidió al joven rico pero éste no fue capaz de despojarse y
renunciar a todas sus riquezas y se fue (Mt 19:21-22). Considerando que
Jesucristo es dueño de todo y que nosotros nos hemos apropiado de lo que
tenemos, entonces la verdad es que debemos devolverle todo, porque es suyo,
incluso nuestra vida le pertenece a él. Nosotros nos hemos apropiado de ella,
decidimos que hacer, y gobernamos todos los aspectos de
nuestra existencia, muchas veces la arruinamos, perdemos el propósito por el
cual vivimos, trabajamos y tenemos familia. Es por eso que el Señor quiere que le devolvamos la vida,
fuimos hechos por él y para él, solo cuando se la devolvemos, él puede
gobernarla y devolvernos el propósito eterno por el cual cada uno de nosotros
estamos aquí.
El sentido de la renuncia a todo lo que tenemos es no poner en primer lugar nuestras pertenencias, un ejemplo de esta actitud la podemos ver en el patriarca Abraham. A este hombre Dios le prometió que su descendencia sería muy grande y a través de ella serán bendecidas todas las naciones de la tierra. Sin embargo Dios le pidió que sacrificara a su único Hijo Isaac, la respuesta de Abraham no fue de retener a su Hijo sino que estuvo dispuesto a entregarlo porque sabía que le pertenecía a Dios.
Que
entreguemos a Cristo todas las cosas significa que ya no ocupan el primer lugar
no son lo más valioso y que renunciamos
a la apropiación que hemos hecho de todas las cosas que consideramos
nuestras. El sentido animal, terrenal del viejo hombre hace que seamos
egoístas, avaros, tacaños porque no vamos a entregar lo que es nuestro. Cuando
el Señor gobierna nuestras vidas nos pide que le devolvamos todo lo que le
pertenece, no nos pide lo nuestro, nos pide lo que es de él y todo le
pertenece: el dinero, el trabajo, la casa, al devolverle todo cortamos el gran
apego que le tenemos a las cosas materiales dejamos de ser dueños y señores y
pasamos a ser administradores de los bienes que son propiedad de
Jesucristo.
Otra
área de la vida en la que nos apropiamos de las cosas son los problemas, los
tomamos en nuestras propias manos y los queremos solucionar usando nuestras
propias fuerzas, pero si le devolvemos la vida al Señor debemos entregarle
todo, incluso los problemas con los que hemos cargado y nos han agobiado, él
los toma en sus manos y por fin podemos descansar, él dijo: “vengan
a mí lo que están trabajados y cansados que yo los haré descansar”.
Entregando todos a sus pies él puede hacer lo que para nosotros es imposible.
Escudriñando las escrituras:
Lea las siguientes citas y complete la columna de
la derecha:
la derecha:
Lectura:
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Dios es dueño de:
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Salmo 24:1-2
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Ezequiel 18:4
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Hageo 2:8
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Levítico 25:23
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Lectura: Colosenses 1:16-17
a. Enumere los principales creaciones invisibles de Jesucristo:
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b. ¿Si todo lo que existe fue creado por él, que actitud debemos tener con respecto a las propiedades del Señor?
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Meditar y responder
Lectura:Hechos 4:32
a. ¿Que actitud tenían los primeros cristianos respecto a sus posesiones?______________________________________________________
b. ¿en que circunstancias es posible que una comunidad cristiana tenga todas las cosas en común?
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c. ¿Que relación tiene el hecho de apropiarnos de lo que le pertenece al Señor con el egoísmo y la mezquindad?
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d. El dinero es del Señor y usted un administrador, ¿se sentiría generoso si el Señor le ordena entregar una cantidad de dinero a alguien necesitado?
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