viernes, 14 de septiembre de 2018

Arrepentimiento y perdón de pecados


Antes que Jesús comenzara su Ministerio, vino Juan el Bautista proclamando un mensaje que causó un gran impacto en el pueblo. El mensaje era simple, arrepiéntase porque el Reino de los cielos se ha acercado, sin embargo impactaba de tal manera que los habitantes de Jerusalén y Judea venían a él, se arrepentían, confesaban sus pecado y se bautizaban (Mt 3:1-6). Juan era el profeta que venía anunciando el Reino de Dios en un tiempo en el cual la nación de Israel estaba bajo el yugo del imperio Romano y la única esperanza era la llegada del MESIAS, el ungido de Dios que restauraría la monarquía y reinaría
sobre Israel. Por eso era necesario estar preparado, el rey que venía se sentaría en el trono de David y gobernaría mediante la Ley de Moisés, que es la única que debía ser respetada y obedecida, el mismo debía respetarla y hacerla respetar, no gobernaría mediante su propia ley, todos los decretos del rey serian conforme a ella, y su gobierno debía impartir la  justicia de Dios. Los que escuchaban a Juan sabían que no habían obedecido la ley de Dios y que necesitaban un cambio de actitud con respecto a su soberanía o no entrarían en su Reino, debían dejar atrás la rebeldía, la desobediencia, la resistencia a la autoridad de Dios, ese era el cambio de actitud que preparaba los corazones para entrar en su Reino.

El mensaje o evangelio del Reino de Dios no ha cambiado y para entrar a él es necesario limpiar nuestro corazón de toda resistencia a la autoridad de Cristo porque toda rebelión de nuestro corazón es un DESAFIO A SU AUTORIDAD, por eso el arrepentimiento está ligado al Reino o gobierno. La rebeldía es una actitud del corazón que lleva a la desobediencia y cuando desobedecemos ponemos en jaque la autoridad de Jesucristo y de esa manera no se puede vivir en el Reino de Dios.

¿De qué debemos arrepentirnos? Si consideramos que toda desobediencia a Dios es pecado entonces podemos decir que el gran pecado del que nacen todos los demás es la actitud de rebelión, pues ésta lleva a la desobediencia. 

La mayoría de las personas está consciente de su(s) pecado(s) y los ha mantenido ocultos pero deben ser confesados oralmente a alguien que los escuche (Stg 5:16) (Hch 19:18)(Nm 5:7)(Mt 3:6). Los pecados que se deben confesar, en primer lugar, son aquellos de los que estamos consientes, los que provocan sentimiento de culpa. Luego el Espíritu Santo hará una obra de limpieza a la que debemos estar dispuestos. La persona que debe escuchar la confesión debe ser alguien de confianza o quien guía al discípulo y debe guardar absoluta discreción y respeto por la intimidad de quien confiesa su pecado. Tambien es importante entender que quien recibe una confesion tiene la responsabilidad de transmitir la fe en el perdón de Dios por el sacrificio propiciatorio del Señor Jesucristo, es muy conveniente la oración de ratificación y proclamación del perdon que sólo Dios da


El pecado es como un vidrio, la confesión y el consecuente perdón de nuestros pecados es como el golpe que quiebra el vidrio y da inicio a un proceso de liberación que debe continuar. Al principio podemos tener conciencia de un pecado especifico que es sólo el centro, en este caso el circulo “A”, como vemos en la figura 1, el área queda libre de todo pecado, sin embargo al ampliar nuestro conocimiento de la voluntad de Dios se abarcará un circulo más grande, en este caso el circulo “B” de la figura 2 y en esa área se deben sacar los vidrios (pecados) que están incluidos dentro del circulo, de la misma forma como se dio el primer golpe, confesando y pidiendo perdón. Lo que debemos tener claro es que el Señor nos demanda obediencia de acuerdo a nuestro conocimiento de él y de su voluntad, a un niño de 3 años no se le puede pedir que no llore y se comporte como uno de 10 años. Así también Dios, en cada etapa de nuestro crecimiento en el Reino él nos pedirá de acuerdo al nivel de crecimiento en la cual estemos.

Una vez que se ha confesado cualquier pecado, y se ha pedido perdón a Dios, debemos poner nuestra fe en que el sacrificio de Jesucristo en la cruz es suficiente para que recibamos el perdón de Dios, el Señor fue castigado por ese pecado, pago el precio de nuestra liberación y el padre nos perdona no por que tengamos merito alguno por confesar y pedir perdón.

Finalmente el arrepentimiento implica un cambio de actitud respecto al pecado, pedir perdón a Dios no tiene el objetivo de ser liberado del castigo por una falta, para después volver a cometerla, sino que implica un cambio profundo de actitud que conduce a no volver a pecar.



Escudriñando las escrituras:

Lectura: Pr 28:13

Según el proverbio ¿cuales son las dos acciones que se deben hacer con respecto al pecado

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Lectura: Lucas 24:46-47

Según el evangelio de Lucas, ¿Que mensaje debía ser predicado en todas las naciones?

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Lectura: Mateo 3:6
¿Porque antes del bautismo de Juan  los judios debian confesar sus pecados?
  
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Lectura:Santiago 5:16 
  ¿Quienes pueden recibir nuestra confesion de pecados?
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Para meditar

¿Cree usted que los pecados no confesados son igualmente perdonados, si no los cometemos nunca más?
   
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