lunes, 24 de diciembre de 2018

Gran luz


Isaias es el que mas claramente profetiza la venida del Señor Jesucristo. En Isaias 9:2-3 nos habla del efecto que tendría en la gente la llegada del tan ansiado mesias: "El pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.
Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuando reparten despojos"
Desde el punto de vista espiritual, entendemos claramente que las tinieblas se refieren a la condición humana estando lejos de Dios. Por eso no es de extrañar que para la gente la llegada de la luz provocara tanta alegría, tanto regocijo por pasar de las tinieblas a la Luz. Ese paso es definitivamente la liberación para el pueblo de Dios. V4 "Porque tú quebraste su pesado yugo, y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el día de Madián."

Muchas veces el pueblo de Israel estuvo sometido a imperios opresores: Babilonia, Persia, Roma. Por esa misma razón el profeta describe un escenario de opresión, no en términos individuales sino la condición de una nación. Para ellos la liberación viene con la llegada de un rey. Isaias 9:6-7 describe ese nacimiento:
"Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto."  
Ahora el profeta nos describe el porqué de la gran alegría del pueblo, ¡HA NACIDO EL GRAN REY!, éste se sentará sobre el trono de David, y aunque la esperanza está puesta en él como libertador, no es solamente la liberación la que trae gran gozo,  éste es el punto de partida de su reinado. Este reinado trae paz y justicia a los que primeramente fueron libertados. Quienes conocían esta profecía esperaban un cumplimiento en término políticos, un gobierno que traería paz y justicia primeramente a Israel y luego a toda la tierra.    
En la anunciación que hace el ángel Gabriel a Maria en Lucas 1:31-33 dice: 
31 Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS. 32 Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; 33 y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.
Este es el anuncio del nacimiento de un rey que se sentaría en el trono de David para reinar por la eternidad. En ambas profecías el rey Jesús se sienta sobre el trono de David, eso nos ubica claramente sobre la tierra ya que en los cielos está el Trono de Dios, no el trono de David.   
El anuncio del profeta Isaias no es solo por la luz del nacimiento de Jesucristo sino por la venida de su Reino, ésta es la alegría para nosotros que hemos sido trasladador de las tinieblas a su Reino eterno y a la vez un anuncio para todas las naciones: ¡HA NACIDO EL SEÑOR, CUYO REINO DE PAZ Y JUSTICIA LLENARA TODA LA TIERRA, POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN!   

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